Empezar lentamente

Artículo de Dave Ursillo de DaveUrsillo.com .

Si existe algún indicio de que la vida se vive mejor poco a poco, es que entre todas las ocupaciones, las carreras para cumplir con las tareas y apresurarse para completar los objetivos, hay una carrera que nadie quiere terminar en primer lugar: la carrera de la vida misma.

Nuestra cultura tiene una obsesión con las carreras - no por el bien del deporte o por la simple competencia, sino carreras a través de muchos aspectos de nuestras vidas, con el fin de llenar un sentido de la productividad.

Cuando conquistamos extensas listas de tareas esperamos sentirnos realizados.

Sin embargo, la "productividad" es un falso consuelo.

Cuando reacuerdo mis días de colegio, recuerdo haber visto que mis compañeros de clase estaban tan obsesionados con cumplir la idea de que tenían que estar constantemente trabajando, corriendo, luchando e incluso sufriendo que pasaban todo el tiempo humanamente posible dentro de los límites de la biblioteca del campus.

No es que no tuvieran trabajo que hacer o necesitasen llevar a cabo las tareas asignadas (que las hacían).

Pero lo que me di cuenta que era casi una compulsión obsesiva de simplemente residir - como si inconscientemente reforzasen la sensación de que estaban siendo "productivos", y siguiendo a una idea ampliamente compartida por nuestra cultura, que dice "si no estás trabajando constantemente, te estás quedando atrás. "

¿Tú haces lo mismo?


Fuera de un entorno universitario, como adultos todavía nos obsesionamos con cumplir con la idea de que vivir en un estado constante de trabajo incesante es bueno.

La obsesión es un meme cultural sutil, tranquilo, subconsciente que todos entendemos como miembros de nuestra sociedad.

Y así pasamos una parte importante de nuestras vidas corriendo sin descanso hacia una meta imaginaria con el pretexto de la "productividad" - sólo para darnos cuenta de que la línea de meta nunca llega.

En poco tiempo, nos olvidamos de que la vida misma trata sobre experimentar el viaje - no de correr hacia el final.

Y teniendo en cuenta que tomamos tantas medidas para prolongar la duración de nuestras vidas y mejorar su calidad, ¿no sería lógico que reduzcamos la velocidad del día a día, y escapemos de este sin sentido de mentalidad de apresuramiento?

Empieza lentamente


Soy tan víctima de la mentalidad de "apresuramiento" como cualquier otra persona. Pero lo que he descubierto es que el ritmo y la calidad de mis días son en gran medida dictados por la forma de empezar mi día cada mañana.

Cuando me despierto, parte de mí está obsesivamente obligado a "bucear" hacia mi trabajo y la lista de tareas pendientes. Habiendo recientemente escrito y publicado mi primer libro, en las mañanas recientes mi mentalidad de "apresuramiento" incluso habría tomado la forma de ansiedad física, falta de aliento y nerviosismo.

Sin embargo, cada mañana me esfuerzo para sofocar esos sentimientos empezando lentamente.
  • Salgo a correr o me sumerjo en la naturaleza.
  • Hago una hora de yoga lento.
  • Practico la respiración consciente y al mismo tiempo realizo una breve rutina (tai chi o qigong).
  • Leo un capítulo o dos de un buen libro.

Empezar lentamente tiene que ver menos con lo que haces, pero sí con empezar el día de acuerdo con un sentido de paz interior, paciencia y alegría.

Y no me malinterpretes: empezar lentamente puede parecer como un asunto agónico en algunas mañanas.

Nuestras demandas auto-impuestas exigen trabajar constantemente; esforzarse y correr se perciben como una adicción abrumadora - y todo lo que queremos es acabar con esos demonios subconscientes en nuestras cabezas que nos dicen que la lentitud, la tranquilidad y el sencillamente "estar" son equivocados.

Sin embargo, cada mañana que yo elijo "empezar lentamente", sucede algo asombroso.

Estoy tranquilo, relajado y equilibrado todo el día. Cada momento se percibe como un regalo, y no sólo una "oportunidad" para lograr las metas y cumplir con las tareas - como si la arena de un reloj de arena necesitase ser consumida "corriendo".

Cuando yo empiezo lentamente, soy naturalmente más productivo - y me siento más realizado cuando llega el final del día.

¿Cómo empezar lentamente?


He aquí cómo puedes comenzar tu día poco a poco:
  • Escribe una lista de cinco actividades, hobbies, o prácticas.
  • Elige actividades que sean positivas, constructivas y / o saludables.
  • Prueba una cada mañana de lunes a viernes de la próxima semana.
  • Levántate más temprano o vete a la cama antes para asegurarte mejor que tienes un montón de tiempo y energía para vivir el momento.
  • Enfócate en la paciencia, el ritmo y la calma cuando "empieces lento" todas las mañanas.

Empezar lentamente rige cada día de acuerdo con un balance interno natural: una paz significativa que resuena con nuestra esencia humana, y niega la adicción obsesiva a correr.

La vida misma no es una carrera. Nadie gana por terminar en primer lugar. Todos nos esforzamos por vivir tanto tiempo como nos sea posible.

Y cuando hacemos el esfuerzo de "empezar lentamente" cada mañana, nos acordamos de dedicarnos al viaje de la vida misma - y no a la carrera para llegar a la meta.