Desorientados

Voy a salirme un poco de la línea habitual de este blog, aunque está relacionado con su título. Creo que la situación económica que estamos viviendo en este país lo merece.

Primero un párrafo sobre las causas: ¿Cómo hemos llegado aquí? Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, George Bush hizo ajustes para evitar que su mandato (8 años) estuviese marcado por la paralización económica basada en el miedo que muchos economistas pronosticaban. Dichos ajustes se basaron en eliminar organismos de control que dieron un empujón colosal a la economía especulativa (apuestas financieras) que implicó desviar cantidades ingentes de dinero a la especulación y crear productos financieros altamente rentables que no aportaban nada a la economía productiva. Ese modelo funcionó tan bien a la hora de enriquecerse que fue copiado por muchos países y la teoría económica del neoliberalismo se convirtió en dogma (cegados por los beneficios, siguen sin aceptar el absoluto fracaso que suponen las consecuencias que vivimos hoy).

Pero esto no es sólo una crisis, es un cambio radical y simultáneo de varios paradigmas (económico, laboral, social, empresarial, ...) debido a la globalización y que no vemos porque la crisis económica no nos lo deja ver. Si crees que vamos a "volver" algún día al sistema anterior, te equivocas. Vamos a vivir cambios muy profundos, lo que puede ser considerado como emocionante y como muy preocupante a la vez. La preocupación es obvia: vemos peligrar el pan y somos unos cuantos millones de personas que tenemos la mala costumbre de comer para sobrevivir. Se acabó la ayuda del estado: protestar, quejarse, no va a servir de nada porque los recursos públicos que hayan para repartir van a aproximarse a cero. Y el tiempo, ahora, es extremadamente importante. Entender eso es fundamental.

Globalización. Sí. Tenemos (todo Occidente) una competencia extrema creciendo en varios países. Y nuestro nivel de vida no se puede ya sostener con esa competencia cada vez mayor. La clase política tiene mucha culpa tanto en el desencadenante del cambio como a la hora de hacer los ajustes, pero a largo plazo eso es irrelevante. Ya pagarán por sus pecados. El sistema político cambiará y eso es una oportunidad única para que corrijamos lo que todos sabemos que no puede seguir igual. No se trata de democracia, se trata de transparencia extrema y de participación ciudadana continua. Eso llegará.

Pero lo fundamental es un cambio latente que vivimos desde hace años originado en las telecomunicaciones y en lo barato que resulta transportar la mercancía. Piénsalo así: es como si estuvieses trabajando en una empresa por 1000 euros y los alrededores estuviesen llenos de gente dispuesta a hacer exactamente el mismo trabajo por 10 euros. Otra forma de verlo: somos vasos comunicantes, el nuestro estaba a rebosar y había un montón casi vacíos: tendemos todos a igualar el nivel. Puedes echarle la culpa a la ley de la gravedad o a las leyes de mercado. Pero en este país le damos demasiada importancia a "la culpa". Las necesidades cambian y toca adaptarse o morir. Las culpas no sirven de nada aquí.

Adaptarse. Sí. La sociedad está moviéndose rápidamente. Y empezamos a ver con cierta claridad hacia dónde. Es el momento de actuar porque cuanto más tardemos, más nos arriesgamos a entrar en una clase baja de la que ya no salgamos durante el resto de nuestra vida. Hay que leer, hay que observar y hay que pensar mucho. Resulta imprescindible, hoy, buscar fuentes alternativas de ingresos (y no hablo de que nadie nos contrate, eso será imposible en breve). La alternativa es, por tanto, crear una empresa. Si lo ves imposible, puedes dejar de leer este artículo, pero te aseguro que no hay otro camino: somos demasiados y el problema es ya enorme. Reacciona ahora o afronta las consecuencias.

¿Una empresa? ¿Para que me acribillen a impuestos? ¿Con el problema que tienen las existentes para vender algo? Sí. Las empresas actuales se enfrentan a una caída de la demanda que amenaza con acabar con todas ellas. Pero muchas cubren necesidades del siglo pasado. Las necesidades cambian y muchas de ellas se están dando cuenta de que venden productos no imprescindibles. Es cuestión de observar bien y nos daremos cuenta de que aparecen otros a partir de la necesidad: compra-venta de oro, compra de coches, tiendas de productos de segunda mano, ... No voy a defender la ética de esas empresas. Sólo digo que hay quien sabe aprovechar el momento en lugar de quejarse. Y esos sólo son tres ejemplos, pero cualquier iniciativa que ofrezca el mismo producto a un precio menor o mucho menor, es recibido como agua de mayo.

¿Más ideas? Low cost. ¿Cafés a 50 céntimos? Parece que la gente no está dispuesta a renunciar a un café pero sí a pagar lo que se pide hoy por él. Haz números. ¿Freelance? Realizar trabajos por encargo para otro país aprovechando Internet puede resultar rentable si el precio para ti es justo y para ese país de destino es bajo. Hay 198 países. Lo mismo vale para comprar. Puede que el precio aquí sea alto pero fuera sea mucho menor. La administración pública se está viendo forzada a reducir costes. Una forma es externalizar: Oportunidad. Las empresas también están recurriendo al outsourcing con mayor frecuencia. Las tiendas en Internet siguen siendo una oportunidad que permiten montar un negocio a muy bajo coste. Comprar y vender productos en eBay es otra alternativa con la que hay gente que llega a obtener miles de euros al mes. El turismo en países como China, Rusia y otros países asiáticos hacia España sigue creciendo. Al fin y al cabo, nuestros tesoros patrimoniales y el sol siguen ahí. Y no te olvides de los vasos comunicantes: puede que nosotros estemos bajando, pero hay muchos países que están subiendo y cuya demanda está aumentando. África y Sudamérica son continentes en esa situación, y en el segundo, el idioma no es un problema.

Es cierto que cualquier iniciativa se va a encontrar con multitud de dificultades. Pero es la actitud la que lo cambia todo. Una actitud de víctima hoy es un billete a la tierra de la miseria mañana. Ya no se trata de adoptar una actitud positiva para mejorar, sino que a una velocidad endiablada, esa misma actitud positiva va a resultar imprescindible para "sobrevivir". Como dice Pau García Milà, "está todo por hacer". El mundo cambia y se llena de oportunidades. Hagamos lo posible por verlas. Aprovechemos. Ahora. El miedo pesa demasiado cuando lo cargamos todo el día a la espalda. Los errores sirven para aprender de ellos, déjate margen (de tiempo, económico y moral) para recuperarte. Lánzate. Ánimo. De eso último nos va a hacer falta a todos...