Obteniendo resultados

Inspirado por un texto de Ben Nesvig.

La mejor forma de obtener resultados garantizados es no hacer nada. Si no haces nada, seguro que no obtienes nada a cambio. Resultado garantizado.

En cierta forma es lo que tendemos a hacer la mayoría. Sencillamente existir. No arriesgarnos. Vivir una vida cómoda (aunque los nubarrones que tenemos encima hacen sospechar que al final nos vamos a tener que levantar del cómodo sofá, vaya).

Cierto, queremos que la vida nos dé más, mucho más. El tiempo pasa y nada cambia. Cada día se parece sospechosamente al día anterior. Nos hacemos mayores. Y la vida no nos da nada... porque preferimos no arriesgar. Por si alguien nos critica. Por si fracasamos (como si no fuese esa la única forma de aprender). Porque se está más cómodo en el sofá. Porque soñar en cómo podrían ser las cosas si moviésemos el culo es más fácil que mover un dedo para convertir esos sueños en realidad. Bendita ley del mínimo esfuerzo, ¿eh?

Al final es un problema de actitud, agravado por el hecho de que vemos que la inmensa mayoría siga también apoltronada en el sofá, sin cambiar nada, sin pretenderlo siquiera.

Pero como todo problema, hay solución. La solución es abrazar el riesgo, dejar de satanizarlo, aceptar como positivo que nuestro esfuerzo pueda disgustar a alguien. Al fin y al cabo, es completamente imposible contentar a todo el mundo. Y ese esfuerzo siempre tiene beneficios: el éxito (siempre positivo) o el fracaso (lección aprendida y error que no se volverá a repetir, mucho mejor que cualquier cursillo).

Fíjate en la situación actual. Existe un grave riesgo de colapso económico con consecuencias serias durante las próximas décadas. Estamos en la etapa inmediatamente previa a esa posibilidad probabilidad, podríamos asesorarnos, investigar un poco, prepararnos, mover un dedo. Un pequeño esfuerzo ahora puede tener un beneficio muy grande en unos meses. Y sin embargo, aunque en el fondo todos lo sepamos, nos limitamos a quejarnos y a ver como poco a poco nos acercamos a ese momento... "Pero, ¿y si ocurre el milagro y eso no pasa?" ¿A que resulta patético cómo nuestra mente se llena de excusas para seguir cómodamente tumbado en el sofá...?

La elección se reduce a aceptar el riesgo emocional con la esperanza de la recompensa, o no hacer nada. Es tu elección. Pero recuerda a Einstein: si quieres resultados distintos, deja de hacer siempre lo mismo.