La regla de los 20 minutos

Contestación a la pregunta "¿Qué cambio en el estilo de vida tiene un impacto mayor?" por Evan DeFilippis en Quora.
Cada vez que volvía a casa después de un largo día en el trabajo o en la escuela, estaba tan cansado que lo único para lo que pude encontrar energía era para hacer eran cosas sin sentido que niegan la vida - la TV, Netflix, Reddit, Facebook, lo que sea.

Todas las noches de alguna manera encontraba horas de tiempo para hacer estas cosas (a pesar de estar muy cansado), de repente, recibía una ráfaga de energía hacia la media noche, me quedaba hasta muy tarde, y luego me levantaba muy cansado a la mañana siguiente. Este ciclo se repitía hasta el fin de semana, donde me quedaba despierto hasta muy tarde el domingo, y me despertaba cansado el lunes siguiente. Y repetir así una semana tras otra.

Hace varios años, sustituí esta rutina de pesadilla con la norma de los 20 minutos. Ahora, cuando llego a casa, me obligo a hacer por lo menos veinte minutos de una de las siguientes tareas - escribir un artículo, leer un libro, practicar ajedrez, aprender otro idioma con Duolingo (trato de hacerlo en mi teléfono para minimizar el riesgo de distracción), practicar con la guitarra, meditar, trabajar en un lenguaje de programación, o mejorar mi flexibilidad con estiramientos. Personaliza las actividades para satisfacer tus intereses, pero evita que implique usar el ordenador si es posible.

Una vez que pases ese compromiso de veinte minutos, encontrarás que tienes la energía para seguir adelante. En el transcurso de un par de semanas, habrás terminado un libro - que, para muchas personas, será la primera vez que lo hagan en mucho tiempo.

Si simplemente no tienes la energía para continuar después de esos veinte minutos, o incluso para empezarlos, VETE A DORMIR. No trae ningún beneficio ver Netflix hasta que caigas de cansancio, sólo para volver a estar cansado al día siguiente. Es necesario hacer de ello un hábito: ¿no tienes energía? Vete a dormir. ¿Tienes energía? Úsala haciéndote mejor a ti mismo.

Addendum:

La clave del progreso es reconocer que cualquier movimiento hacia adelante te acerca a tu meta. Los seres humanos fracasamos en encontrar tiempo de forma fiable para hacer cosas que realmente queremos hacer, pero tenemos éxito en conseguir encontrar tiempo para hacer cosas que sabemos que no nos harán mejores.

Cuando me levanto cada mañana, me pregunto qué cosas me harán feliz hoy, y yo te lo diré: estar con mi familia, comer buena comida, tener conversaciones gratificantes con los amigos, aprender cosas interesantes sobre el mundo, ir de aventuras , y todo eso. Ahora, pregúntame al final del día cómo pasé mi tiempo libre y te diré: Twitter, Facebook, Reddit, respondiendo a los comentarios cabreados de otros internautas.

Pregunta a cualquier padre y te dirá lo mismo: "Sinceramente, no sé lo que hacía con todo mi tiempo libre antes de tener hijos." La respuesta es que no hicieron nada, y ahora llenan ese nada con un chaval .... y si tienes otro niño verás que hay una gran cantidad de tiempo que todavía estás perdiendo. Cuando la gente no planea, no están preparados para aprovechar las oportunidades que se les presentan, por lo que se ponen a jugar al AngryBirds y a ver Netflix porque se necesita menos energía que averiguar algo útil que se pueda hacer en ese momento. Yo llamo a esto el "problema del camino de la menor resistencia." Para hacernos más sensibles a las oportunidades que pueden mejorar decididamente nuestras vidas, tenemos que estructurar nuestras rutinas para hacer el camino de menor resistencia difícil. Una forma de hacer esto es la regla de veinte minutos.

Si queremos hacer algo trivial, algo que probablemente no tendrá importancia en el gran esquema de la vida, como conocer a un colega para el almuerzo, lo apuntaremos una vez en nuestros calendarios y lograremos que se haga. Pero cuando queremos hacer algo importante y enriquecedor, algo que sabemos que va a tener gran importancia en el gran esquema de nuestras vidas, como escribir un libro o aprender un idioma, nos decimos "Ya lo haré". Nosotros no apuntamos los veinte minutos al día necesarios para convertirnos en la persona que realmente queremos ser. Y así tenemos que desafiar el impulso de relegar nuestras pasiones y nuestras ambiciones para que nuestro futuro yo lo haga más adelante.