Una breve guía de 16 pasos para quitar de en medio los trastos
Traducido de inoveryourhead.net:
¡Bien, es viernes! Es hora de volver a casa y relajarse después de una semana de duro trabajo.
¡Bien, es viernes! Es hora de volver a casa y relajarse después de una semana de duro trabajo.
- Entras por la puerta de casa. Te quitas los zapatos. Te das cuenta, ahí tiradas, de un par de botas que has usado una sola vez. Te encoges de hombros.
- Enciendes la televisión y te sientas en tu sofá de Ikea. Tratas de relajarte. Despiertas 20 minutos más tarde, consciente de que has estado haciendo zapping sin parar. Apagas la tele, quitas las pilas del mando a distancia. Las trituras en la trituradora Blendtec. Te detienes unos momentos antes de hacer algo drástico.
- Acaricias brevemente el iPhone en tu bolsillo. Te detienes, dándote cuenta de que estabas a punto de hacer exactamente lo mismo con Reddit como acabas de hacer con la tele. Llamas y cancelas tu plan de datos en ese momento.
- Empiezas a preguntarte qué hacía la gente antes de la televisión y del acceso a Internet. Observas el salón a tu alrededor, mirando los libros no leídos y los DVDs no vistos que recubren tus estantes polvorientos. Consideras la posibilidad de ir de compras, pero entonces imaginas la ropa sin estrenar que ocupa tu vestidor cavernoso.
- Te das cuenta de que tu imaginación se ha vuelto toda negra y gris.
- De repente, te das cuenta de que no has usado tu habitación de ocio ... nunca. Haces tus cálculos y te das cuenta de que dicha habitación te está costando cinco o seis horas de trabajo cada mes. Tomas un pedazo de papel y lo comparas con ese viaje a Japón que has tenido la intención de hacer. Miras fijamente a las matemáticas con incredulidad. Te pones el papel en la boca y empiezas a masticar.
- Te das cuenta de que el breve subidón emocional que acompaña a la compra de cada elemento en tu casa se ha ido, dejando sólo el objeto en sí mismo en su forma más básica y menos interesante. El precioso sofá de tonos pastel se ha convertido en una simple silla. Un hermoso buffet de cristal se transforma en una mesa simple. Un conjunto de platos inmaculados hechos a mano ha envejecido hasta convertirse en nada más que un montón de platos. El edredón de pluma de ganso es en realidad una manta. Haces una mueca de dolor.
- Una mirada a tus alimentos basta para notar de que los Doritos, Lay y Ruffles que has comprado son sólo maíz con color y patatas.
- Abres la cuenta de tu tarjeta de crédito. Con los ojos abiertos, descubres con qué frecuencia has confundido las compras con actividades extra-curriculares reales. Consideras internarte en un monasterio.
- Recuerdas aquella época en la que ibas a fiestas en el pseudo-abandonado desván de un amigo. Recuerdas a los compañeros de habitación, el arte hecho por uno mismo y las fotos de las paredes, el alquiler obscenamente barato, y la simplicidad aceptada.
- Comienzas a hacer una lista rápida de las 10 cosas más importantes que posees, en términos de cuánto cuestan. Ahora haces una segunda lista de las 10 cosas que más te hacen feliz. Sientes el terror al darte cuenta de que no hay ninguna cosa solapada entre las dos listas. Te estremeces de terror.
- Decides hacer una fiesta de embalaje como un amigo te sugirió una vez. Tomas las hojas viejas que nunca utilizaste de Crate & Barrel. Cubres todas tus cosas con ellas. Te prometes no descubrirlas a menos que decidas antes para qué necesitas usarlas. De pronto te das cuenta de que nunca utilizarás nada, porque en realidad nunca estás en casa.
- Recuerdas una época en la infancia cuando estabas más entusiasmado por las ideas, por el amor, por los viajes, y por las personas que por cualquier otra cosa. Te das cuenta de que, de alguna manera, has aceptado pertenecer a una nueva religión, y que los centros comerciales, desde el interior, parecen exactamente catedrales.
- Consideras la posibilidad de iniciar un incendio.
- Consideras que, quizás, eres mucho más que las cosas que posees. Comienzas a dar un largo paseo. Respiras.
- Comienzas a relajarte. Te das la libertad para empezar a soñar de nuevo.