Tener > Hacer > Ser

Traducido del artículo Be > Do > Have de David Friedlander en lifeedited.com.

La mayoría de nosotros queremos algo. Tal vez sea un coche, un micro-apartamento super molón, una cierta cantidad de dinero, un buen trabajo... lo que sea. Creemos que una vez que tengamos ese algo, eso nos permitirá hacer otro algo. Cuando tenga el dinero, voy a cancelar mis deudas. Cuando tenga un coche, voy a conducirlo para que me vean mis amigos. Y cuando hagamos ese algo, vamos a ser de cierta manera. Una vez que no tenga deudas, voy a sentirme seguro. Una vez que mis amigos vean mi coche nuevo, voy a ser respetado. La fórmula es tener > hacer > ser.

Tener-hacer-ser es la fuerza que ha puesto en marcha mil campañas de publicidad. Comprar (tener) el desodorante > (hacer) que bordemos la presentación > logremos tener confianza. Quienes trabajan en publicidad tradicional no creen que la mayoría de nosotros compremos sus productos basandonos sólo en su utilidad. Por ejemplo, debes comprar el desodorante ya que hará que huelas mejor. No. Sus productos tienen que cambiar lo que somos de alguna manera fundamental - si estamos inseguros, lograremos tener confianza.

Pero eso no funciona, ¿verdad? El desodorante desaparece y nuestras inseguridades vuelven.

La dificultad es que no hay nada fuera de nosotros que vaya a cambiar nuestro interior de una manera significativa. Esto no es una advertencia para que no compremos cosas. Ese desodorante podría hacernos oler más agradable, pero no esperemos nada más allá de eso. Si nosotros, como sociedad, entendemos las limitaciones de nuestros bienes materiales para que afecten quiénes somos - se trate de un desodorante o de una Mansion - probablemente necesitaremos poseer muchas menos cosas.

Hay un modelo alternativo. El SER > HACER > TENER. Empieza desde un lugar de plenitud existencial. Date cuenta de que no te falta nada y ten confianza. Borda (hacer) la presentación, o cualquier cosa que la gente confiada hace. Ten todo lo que necesites para apoyar tu estado y las acciones que conlleven. En lugar de presuponer lo que nos hará sentir seguros o las cosas que haremos bajo el hechizo de esa confianza, podemos obtener las cosas conforme las necesitemos. Tal vez el desodorante nos ayude a bordar esa presentación, pero tal vez no. Cuando empecemos a entender las limitaciones de nuestros bienes materiales, comenzaremos a adquirir cosas sobre la base "lo necesito", y no sobre la base "esto cambiará mi vida". Esto lleva a poseer muchas menos cosas y, tal vez con la misma importancia, muchas menos decepciones. Por fin dejaremos de esperar que nuestras cosas nos hagan felices.