Cambio definitivo inminente

Sé que llevo tiempo sin publicar en el blog, pero estoy convencido de que estamos metidos ya en un cambio sin precedentes. En un decrecimiento obligado en el que vamos a sufrir lo que no está escrito. Estamos llegando en un periodo de tiempo de muy pocos meses a los picos de extracción del petróleo, carbón, gas natural y uranio, entre otros muchos materiales. Eso quiere decir que cada vez va a haber menos y que se va a encarecer y mucho. Afecta a la generación energética totalmente. Lo que está encareciendo la energía y afectando a su vez al ritmo de extracción de materiales. Pero también está afectando a precios, y, ojo con esto, al cultivo de alimentos. Solo hay que pensar que la población mundial actual no es viable sin una industrialización del cultivo de alimentos que está seriamente amenazada. El cambio al que nos enfrentamos como humanidad es inimaginable. Demasiadas cosas van a dejar de ser viables y la economía mundial lo está empezando a reflejar ya.

 

En una entrevista en RAC1 (aquí en català) a Antonio Turiel, científico del CSIC y el mayor conocedor del tema ya que lleva más de diez años avisando de esto, hace un dibujo de la situación actual que resulta mucho más que preocupante. He hecho una traducción de un breve fragmento:

Presentador: Pero disculpe, China dice que tiene falta de carbón porque no tienen o porque quieren cambiar los parámetros de lo que se está discutiendo por ejemplo ahora en Glasgow con la emisión de Co2...

Turiel: No que va. Mire. El máximo de producción de carbón se alcanzó en 2014 a nivel mundial. Fíjese. La máxima producción mundial de carbón se alcanzó en 2014, la máxima producción de petróleo en 2018, la máxima producción de uranio en 2016 y el gas está a punto de llegar. Tenemos que las cuatro materias primas que utilizamos fundamentalmente para producir energía en el mundo, las que producen casi el 90 por ciento de toda la energía que consumimos, o han llegado ya al máximo o están a punto de llegar ya y a partir de ahí comienzan a descender inexorablemente por razones relacionadas con la física y con la geología. Es lo que yo llevo diciendo diez años. Y nada se puede hacer para remediar esto. Es que esto es así.

Entonces ellos (China) llegaron al máximo de extracción de Carbón. Tienen una gran demanda y ya no pueden cubrirla con su capacidad de producción. Están intentando sacar carbón de dónde pueden, porque al mismo tiempo compiten con la India, que también está una situación igual, con apagones y con problemas y demás y están disparando sobre todo lo que se mueve, pero de una manera que no sé puede usted ni imaginar.

Mire China ha dejado de exportar magnesio a Europa. Europa depende del magnesio de China en un 95% porque los chinos lo quieren para ellos para su metalurgia porque quieren montar un gran sistema de energías renovables para compensar todo lo que les está faltando por el carbón. Y nos dejan sin magnesio. Nos quedan reservas de magnesio para dos semanas. Cuando se acabe, en Europa no podrán hacer aluminio. Es una situación absolutamente increíble.

O sea, todo se mueve con una velocidad brutal y en el fondo se debe a que no se ha querido adaptarse a una situación que se conocía de limitaciones en el acceso a recursos críticos, porque pensaban que podían seguir creciendo indefinidamente en un planeta que es finito. Y ahora estamos chocando contra los límites de esa esfera que es grande pero no deja de ser una esfera.

Presentador: Por tanto estamos a las puertas... todo esto que estamos viendo después de la pandemia, que si es un problema de contenedores, que si no llegan los contenedores, que si los microchips, o sea, al final, el trasfondo de todo esto, lo que usted nos está exponiendo aquí, es que estamos a las puertas de una gran crisis energética por las materias primas.

Turiel: No estamos a las puertas. Estamos dentro ya. Y estamos ya muy adentro. Fíjese en algo: el precio del diésel ahora mismo es casi el mismo de lo que era el 2008 en el momento que marcó su máximo y eso que el precio del petróleo aún no ha alcanzado los mismos valores de entonces y el precio del petróleo sigue subiendo. ¿Por qué? Porque falta diesel. ¿Por qué? porque porque el petróleo bueno, el que servía para hacer diesel, tocó máximo en 2005, y con estas otras cosas que hemos metido, petróleos no convencionales que son malos sucedáneos, hemos conseguido aplazarlo hasta 2018. Pero es que el diésel está cayendo desde 2015 y ya ha caído un 15 por ciento. Nos falta diésel, esto incrementa también el coste del transporte marítimo, el transporte por carretera, y de repente faltan camioneros claro, porque les están reduciendo el sueldo y las condiciones laborales empeorando porque quieren ahorrar como puedan porque no pueden pagar el precio del diesel. Todo se está encareciendo.

La crisis ahora es sistémica y afecta a la producción de todo. Cierran Minas porque no pueden pagar los precios de extracción de los materiales. Y todo esto además va generando retroalimentaciones, cascadas y falta cobre, falta plástico, faltan cables, faltan máquinas. Es una locura. Todo esto era algo que era previsible. Yo hace diez años que hablo de esto, y no hemos hecho nada esperando que hubiera una solución milagrosa tecnológica que lo solucionara todo. No ha llegado, pues ya tenemos aquí la catástrofe.

Dos apreciaciones. La primera. Los responsables políticos, siempre, históricamente, han negado cualquier atisbo de crisis que pudieran encontrarse. Esta vez no va a ser diferente. Por evidente que resulte, negarán hasta la extenuación que el problema sea grave. No digo que se me crea a mi o a los expertos y no a ellos. Pero conforme vayan sucediéndose las noticias en un futuro inmediato y cuadren totalmente con lo que estás leyendo, recuerda esto.

La segunda. Aprovéchate. No te lamentes. No pienses en lo que vas a perder. Todo cambio es una oportunidad. Aprovéchala. Prepárate. No esperes a recuperar tu vida anterior, eso no llegará nunca. Acepta el cambio. Abrázalo.



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